Sentirse cansado regularmente es extremadamente común. De hecho, cerca de un tercio de los adolescentes sanos, adultos y personas mayores reportan sentirse somnolientos o fatigados.
La fatiga es un síntoma común de varias afecciones y enfermedades graves, pero su causa en la mayoría de los casos son factores simples del estilo de vida.
Afortunadamente, estas son las cosas que se pueden rectificar con mayor facilidad.
En este artículo se enumeran 10 posibles razones por las que siempre te sientes cansado y se ofrecen recomendaciones sobre formas de recuperar la energía.
1. Consumir demasiados carbohidratos refinados
Los carbohidratos pueden ser una fuente rápida de energía. Cuando los comes, tu cuerpo los descompone en azúcar, que se puede usar como combustible.
Sin embargo, comer demasiados carbohidratos refinados puede hacerte sentir cansado durante todo el día.
El consumo de azúcar y carbohidratos procesados causa un rápido aumento en el azúcar en la sangre. Esto le indica al páncreas que produzca una gran cantidad de insulina para sacar el azúcar de la sangre y la lleve a las células.
Este aumento brusco en los niveles de azúcar en la sangre, y la caída posterior, pueden hacer que te sientas exhausto. Cuando necesitas energía rápida, instintivamente buscas otra porción de carbohidratos refinados, y esto puede llevarte a un círculo vicioso.
Varios estudios han encontrado que minimizar el azúcar y los carbohidratos procesados en las comidas y meriendas suele conducir a mayores niveles de energía.
En un estudio, los niños que comieron meriendas ricas en carbohidratos refinados antes de un partido de fútbol reportaron más fatiga que los niños que comieron una a base de mantequilla de maní.
Afortunadamente, hay investigaciones que sugieren que algunos alimentos podrían ayudar a proteger contra el cansancio.
Por ejemplo, tanto la ocra como el caldo de bonito seco (caldo dashi) contienen compuestos que pueden disminuir la fatiga y aumentar el estado de alerta.
Para mantener estables tus niveles de energía, sustituye el azúcar y los carbohidratos refinados con alimentos integrales ricos en fibra, como vegetales y legumbres.
Resumen:
Consumir carbohidratos refinados puede conducir a niveles inestables de azúcar en la sangre, y esto puede hacerte sentir cansado. En lugar de ellos, elige alimentos integrales que tengan un impacto mínimo en el azúcar en la sangre.
2. Llevar un estilo de vida sedentario
La inactividad podría ser la causa de tu poca energía.
Pero muchas personas dicen que se sienten demasiado cansadas para hacer ejercicio.
De hecho, en un estudio reciente, esta fue la razón más común que reportaron los adultos de mediana edad y mayores para no hacer ejercicio.
Una explicación podría ser el síndrome de fatiga crónica (SFC), que se caracteriza por una fatiga extrema e inexplicable todos los días.
Hay investigaciones que sugieren que las personas con SFC tienden a tener niveles bajos de fuerza física y resistencia, lo que limita su capacidad para ejercitarse. Sin embargo, una revisión de estudios que incluyó a más de 1,500 personas encontró que el ejercicio podría reducir la fatiga en las personas con SFC.
También se ha demostrado por medio de investigaciones que el ejercicio puede reducir la fatiga entre las personas sanas y aquellas con otras enfermedades, como el cáncer. Más importante aún, incluso los aumentos mínimos en la actividad física parecen ser beneficiosos.
Para aumentar tus niveles de energía, cambia los comportamientos sedentarios por otros activos. Por ejemplo, párate en lugar de sentarte siempre que sea posible, usa las escaleras en lugar del elevador y camina en lugar de conducir distancias cortas.
Resumen:
La vida sedentaria puede provocar fatiga en personas sanas, así como en aquellas con síndrome de fatiga crónica u otros problemas de salud. Mantenerse en actividad puede ayudar a aumentar los niveles de energía.
3. No dormir lo suficiente
No dormir lo suficiente es una de las causas más obvias de fatiga.
Tu cuerpo hace muchas cosas mientras duermes, incluyendo almacenar memoria y liberar hormonas que regulan tu metabolismo y niveles de energía.
Después de una noche de sueño de buena calidad, normalmente te despiertas sintiéndote renovado, alerta y lleno de energía.
Según la American Academy of Sleep Medicine and Sleep Research Society, los adultos necesitan un promedio de siete horas de sueño por noche para gozar de una salud óptima.
Es importante destacar que el sueño debe ser tranquilo e ininterrumpido para permitir que el cerebro pase por las cinco etapas de cada ciclo de sueño.
Además de dormir lo suficiente, mantener una rutina de sueño regular también parece ayudar a prevenir el cansancio.
En un estudio, los adolescentes que se acostaron a la misma hora durante la semana y los fines de semana reportaron menos fatiga y menos dificultad para conciliar el sueño que los que se quedaron despiertos más tarde y durmieron menos horas los fines de semana.
Hacer actividad física durante el día podría ayudarte a obtener un sueño más reparador por la noche. Un estudio en personas mayores encontró que el ejercicio los ayudó a mejorar la calidad de su sueño y a reducir sus niveles de fatiga.
Además, tomar una siesta puede ayudar a aumentar los niveles de energía. Se ha demostrado que tomar siestas disminuye el cansancio en los pilotos, quienes a menudo experimentan fatiga debido a las largas horas de trabajo y el desfase en sus horarios.
Para mejorar la cantidad y la calidad de tu sueño, vete a acostar aproximadamente a la misma hora todas las noches, relájate antes de dormir y haz mucha actividad durante el día.
Sin embargo, si te resulta difícil conciliar el sueño o quedarte dormido y sospechas que podrías tener un trastorno del sueño, habla con tu médico para que un especialista evalúe tu sueño.
Resumen:
El sueño inadecuado o de mala calidad es una causa común de fatiga. Dormir durante varias horas de forma ininterrumpida permite que tu cuerpo y cerebro se recarguen, lo que hace que te sientas con energía durante el día.
4. Sensibilidad a alimentos
La sensibilidad o intolerancia alimentaria suele causar síntomas como erupciones cutáneas, problemas digestivos, secreción nasal o dolores de cabeza.
Pero la fatiga es otro síntoma que a menudo se ignora.
Además, hay investigaciones que sugieren que la calidad de vida puede verse más afectada por la fatiga en las personas con sensibilidad a alimentos.
Las intolerancias comunes a los alimentos incluyen gluten, lácteos, huevos, soja y maíz.
Si sospechas que ciertos alimentos pueden hacer que sientas cansancio, considera consultar a un alergólogo o dietista que pueda evaluar tu sensibilidad a los alimentos o recetarte una dieta de eliminación para determinar qué alimentos son problemáticos.
Resumen:
La intolerancia a ciertos alimentos puede causar fatiga o niveles bajos de energía. Seguir una dieta de eliminación de alimentos podría ayudar a determinar a qué alimentos eres sensible.
5. No consumir suficientes calorías
Consumir muy pocas calorías puede causar una sensación de agotamiento.
Las calorías son unidades de energía que se encuentran en los alimentos. Tu cuerpo los usa para que puedas moverte y estimular procesos como respirar y mantener una temperatura corporal constante.
Cuando comes muy pocas calorías, tu metabolismo se ralentiza para poder conservar energía, y esto puede causar fatiga.
Tu cuerpo puede funcionar dentro de un rango de calorías dependiendo de tu peso, altura, edad, entre otros factores.
Sin embargo, la mayoría de las personas requiere un mínimo de 1.200 calorías por día para evitar una ralentización metabólica.
Los expertos en envejecimiento creen que, si bien el metabolismo disminuye con la edad, las personas mayores podrían necesitar comer el máximo de su rango de calorías para realizar funciones normales sin fatigarse.
Además, es difícil que sus necesidades de vitaminas y minerales se satisfagan cuando la ingesta de calorías es demasiado baja. Si no se obtiene suficiente vitamina D, hierro y otros nutrientes importantes también se puede sentir fatiga.
Para mantener los niveles de energía altos, evita los recortes drásticos en la ingesta de calorías, incluso si tu objetivo es perder peso. Puedes calcular tus necesidades calóricas usando la calculadora de calorías que te brindamos en este artículo.
Resumen:
Tu cuerpo requiere una cantidad mínima de calorías para realizar las funciones diarias. Consumir muy pocas calorías puede provocar fatiga y dificultar que se satisfagan las necesidades de nutrientes.
6. Dormir en el momento incorrecto
Además del sueño inapropiado, dormir en el momento incorrecto puede reducir tu energía.
Dormir durante el día y no en la noche interrumpe el ritmo circadiano del cuerpo, que son los cambios biológicos que ocurren en respuesta a la luz y la oscuridad durante un ciclo de 24 horas.
Ciertas investigaciones han encontrado que cuando el patrón de sueño no está sincronizado con el ritmo circadiano, se puede desarrollar fatiga crónica.
Este es un problema común entre las personas que realizan turnos o trabajo nocturno.
Los expertos en sueño estiman que, del 2% al 5% de todos los trabajadores por turnos padecen un trastorno del sueño caracterizado por somnolencia excesiva o interrupción del sueño durante un período de un mes o más.
Es más, incluso permanecer despierto durante la noche un día o dos puede causar fatiga.
En un estudio, a los hombres jóvenes sanos se les permitió dormir siete horas o poco menos de cinco horas antes de permanecer despiertos durante 21 a 23 horas. Sus índices de fatiga aumentaron antes y después de dormir, independientemente de la cantidad de horas que durmieron.
Es mejor dormir durante la noche siempre que sea posible.
Sin embargo, si tu trabajo implica trabajar por turnos, hay estrategias para reentrenar tu reloj biológico, las cuales deberían mejorar tus niveles de energía.
En un estudio, los trabajadores por turnos reportaron mucho menor fatiga y un mejor estado de ánimo después de estar expuestos a pulsos de luz brillante, usar gafas de sol oscuras afuera y dormir en la oscuridad total.
Usar anteojos para bloquear la luz azul también puede ayudar a las personas que trabajan por turnos.
Resumen:
Dormir en el día puede alterar el ritmo natural de tu cuerpo y provocar fatiga. Intenta dormir por la noche o reentrenar el reloj de tu cuerpo.
7. No consumir suficiente proteína
La ingesta inadecuada de proteínas podría contribuir a tu fatiga.
Se ha demostrado que consumir proteínas aumenta tu tasa metabólica más que los carbohidratos o las grasas.
Además de ayudar a perder peso, esto también puede ayudar a prevenir el cansancio.
En un estudio, los niveles de fatiga que reportaron las personas fueron significativamente más bajos entre los estudiantes universitarios coreanos que dijeron consumir alimentos ricos en proteínas como pescado, carne, huevos y frijoles al menos dos veces al día.
Otros estudios han encontrado que las dietas altas en proteínas tienden a producir menos fatiga entre levantadores de pesas y personas que realizan entrenamiento de resistencia.
Es más, investigaciones sugieren que la fatiga puede reducirse con aminoácidos de cadena ramificada, que son los componentes básicos de las proteínas.
Para mantener tu metabolismo fuerte y prevenir la fatiga, intenta consumir una fuente de proteínas de alta calidad en cada comida.
Resumen:
El consumo de proteínas apropiadas es importante para mantener tu metabolismo y prevenir la fatiga. Incluye una buena fuente de proteínas en cada comida.
8. Hidratación Inadecuada
Estar bien hidratado es importante para mantener buenos niveles de energía.
Las diversas reacciones bioquímicas que ocurren en el cuerpo todos los días resultan en una pérdida de agua que se debe sustituir.
Hay deshidratación cuando no bebes suficiente líquido para reemplazar el agua perdida en la orina, las heces, el sudor y la respiración.
Varios estudios han demostrado que incluso una deshidratación ligera puede conducir a niveles de energía más bajos y una menor capacidad de concentración.
En un estudio, cuando los hombres se ejercitaron en una cinta de correr y perdieron el 1% de su masa corporal en líquido, reportaron más fatiga que cuando realizaron el mismo ejercicio estando bien hidratados.
Si bien has escuchado que debes beber ocho vasos de agua de 8 onzas (237 ml) al día, es posible que necesites una cantidad mayor o menor, dependiendo de tu peso, edad, sexo y nivel de actividad.
La clave es beber lo suficiente como para mantener niveles apropiados de hidratación. Los síntomas comunes de la deshidratación incluyen sed, fatiga, mareos y dolor de cabeza.
Resumen:
Incluso la deshidratación leve podría reducir los niveles de energía y el estado de alerta. Asegúrate de beber lo suficiente para sustituir el líquido que has perdido durante el día.
9. Depender de bebidas energéticas
Hay muchas bebidas que prometen aportar energía rápida.
Las bebidas energéticas populares generalmente incluyen lo siguiente:
- cafeína
- azúcar
- aminoácidos
- grandes dosis de vitaminas B
- hierbas
Es cierto que estas bebidas pueden proporcionar un aumento temporal de energía debido a su alto contenido de cafeína y azúcar.
Por ejemplo, un estudio en adultos sanos privados de sueño descubrió que consumir un shot de energía condujo a mejoras modestas en el estado de alerta y la función mental.
Desafortunadamente, es probable que este tipo de bebidas también provoquen fatiga de rebote cuando los efectos de la cafeína y el azúcar desaparezcan.
Una revisión de 41 estudios encontró que, si bien las bebidas energéticas aumentaron el estado de alerta y mejoraron el estado de ánimo durante varias horas después de haberlas consumido, a menudo produjeron somnolencia excesiva al día siguiente.
Aunque el contenido de cafeína varía ampliamente entre las marcas, un shot de energía puede contener hasta 350 mg, y algunas bebidas energéticas contienen hasta 500 mg por lata. Haciendo una comparación, el café generalmente contiene entre 77 mg y 150 mg de cafeína por taza.
Sin embargo, incluso en dosis más pequeñas, consumir bebidas con cafeína en la tarde puede interferir con el sueño y hacer que los niveles de energía al día siguiente sean bajos.
Para romper el ciclo, intenta reducir y gradualmente dejar del todo estas bebidas energéticas. Además, limita el consumo de café y otras bebidas con cafeína muy temprano en la mañana.
Resumen:
Las bebidas energéticas contienen cafeína y otros ingredientes que pueden proporcionar un aumento temporal de energía, pero a menudo conducen a la fatiga de rebote.
10. Altos niveles de estrés
El estrés crónico puede tener un profundo efecto en tus niveles de energía y en tu calidad de vida.
Si bien un poco de estrés es normal, los niveles excesivos se han relacionado con la fatiga en varios estudios.
Además, tu respuesta al estrés puede influir en el cansancio que sientes.
Un estudio en estudiantes universitarios encontró que lidiar con el estrés provocaba el mayor nivel de fatiga.
Si bien probablemente no puedas evitar situaciones estresantes, desarrollar estrategias para lidiar con el estrés puede ayudarte a evitar que te sientas completamente agotado.
Por ejemplo, revisiones considerables de estudios sugieren que el yoga y la meditación pueden ayudar a aliviar el estrés.
Involucrarse en estas prácticas similares de mente y cuerpo puede, en última instancia, ayudarte a sentirte más enérgico y con mayor capacidad para lidiar con el estrés.
Resumen:
El exceso de estrés puede causar fatiga y disminuir tu calidad de vida. Practicar técnicas de reducción del estrés puede ayudarte a mejorar tus niveles de energía.
En conclusión
Hay muchas causas posibles para sentir cansancio crónico. Es importante que primero se descarten afecciones médicas, ya que la fatiga a menudo viene acompañada de enfermedad.
Sin embargo, sentir demasiado cansancio puede estar relacionado con lo que comes y bebes, la cantidad de actividad que realizas o la forma en que lidias con el estrés.
La buena noticia es que hacer algunos cambios en tu estilo de vida puede mejorar tus niveles de energía y tu calidad de vida en general.